Por Roberto Sotomayor
En una escena de El Padrino, Bonasera acude al despacho de Vito Corleone en el día de la boda de su hija. Van pasando los invitados, y Bonasera le pide que Corleone intervenga para hacer justicia por una agresión sexual a su hija. Es una escena mítica, en donde los chanchullos de la mafia se iban destilando de esta manera, con conversaciones y encuentros en privado. ‘La familia’.
Hace unas semanas el alcalde de Madrid, Martínez Almeida, se casó con Teresa Urquijo. En este evento sucedieron también reuniones y encuentros. La Casa de Alba estuvo representada por el hijo del Duque, Fernando Fitz-James Stuart y en la boda coincidió con el Concejal de Urbanismo Borja Caravante. De allí salieron decisiones importantes para beneficio del Duque de Alba. En concreto reconvertir el edificio de los números 22 y 24 de la calle Princesa, situados al lado de su residencia oficial el Palacio de Liria, en pisos turísticos, pese a que en sendos inmuebles quedan varias empresas con contratos de arrendamiento en vigor durante varios años, y que no tenían intención alguna de marcharse.
Pero para conseguir su objetivo tenía que dejar el edificio libre de inquilinos. Después de varias conversaciones fallidas con los inquilinos, el Duque de Alba tocó entonces la puerta del Ayuntamiento, mediante su Concejal de Urbanismo. Y de aquel encuentro, salió la solución rápida. Una inspección municipal exprés el pasado 10 de abril en la que según se constata en el expediente, se proponía el cese inmediato de 13 de las 15 empresas con sede en el edificio por “ejercer actividades sin título habilitante.”
La rapidez del proceso de inspección llama la atención, sobre todo porque desde 2017 nunca hubo otra en ese edificio y curiosamente llega en el momento preciso para sortear el nuevo plan del Ayuntamiento de Madrid que pretende parar nuevas licencias para abrir pisos turísticos ilegales.
En los últimos meses estamos conociendo un sin fin de noticias de falta de inspecciones, como la del piso de la pareja de Ayuso donde conviven, o inspecciones irregulares. Pero también la rapidez en tramitar procesos que, en situaciones normales, llevarían su tiempo, tal y como afirmó Almeida en medios hace una semana. El Duque de Alba tendrá su edición de pisos turísticos, por el que pretende obtener más de 2 millones de euros de beneficios anuales, mientras 13 empresas serán expulsadas. Ya saben, la libertad, la libertad para cerrar negocios en bodas y bautizos.
Por cierto, un detalle que no debe quedar al margen: la empresa intermediaria de todo este proceso es Copla City Rentals, lanzada por la sociedad inmobiliaria Etesio Capital que dirige, ¡oh sorpresa!, el hijo mayor de Aznar y Botella. ‘La familia’.
Madrid se ha convertido en el epicentro de los chanchullos y corruptelas económicas e inmobiliarias. Las decisiones importantes para ‘la familia’ no se toman en el Pleno de la corporación, sino en bodas y comidas. La mayoría absoluta del PP ha supuesto todo el despliegue de concesiones, títulos y gestiones administrativas en forma de regalos. El negocio va viento en popa, nadie de ‘la familia’ se queda atrás, y todo el mundo recibe parte de su pastel. La ciudadanía sigue absorta en otras noticias como la supuesta ruptura de la unidad nacional, mientras ellos acumulan riquezas, se aseguran contratos y aumentan sus beneficios. Es la forma de gobernar de un partido cuyas raíces profundas siempre fueron la corrupción y el clientelismo.
“Algún día, que puede que nunca llegue, le invitaré a hacer un servicio para mí. Pero hasta que ese día llegue, acepte esta justicia como regalo en el día de la boda de mi hija”. Bonasera, de rodillas, le responde así, con un “Grazie Padrino”.
